Ruta en tren por el País Vasco Francés

Este verano decidimos hacer una escapada al País Vasco Francés. Veníamos de una gran ciudad como Burdeos (aquí te dejo mi post sobre ella) y nos encantó conocer un paraíso natural con maravillosos pueblos de montaña, preciosas localidades costeras, monumentos, catedrales, rutas de senderismo y playas. Cuando empezamos a estudiar qué visitar y qué hacer nos pareció que sería imprescindible alquilar un coche, pero al final descubrimos un montón de sitios a los que llegar en transporte público. Os compartimos la ruta que hicimos por si os acercáis a esta zona y no disponéis de vehículo propio.

Bayona, la capital del País Vasco Francés

Es la ciudad más grande de la región y nosotros la tomamos como centro de operaciones porque su estación de tren estaba conectada con todos los pueblos que queríamos visitar. Es una ciudad pequeña y muy agradable, con una amplia oferta gastronómica, de comercio y museos y cosas qué ver.

Qué ver en Bayona, la ciudad de los tres barrios

La ciudad tiene tres barrios principales que explorar. La «Gran Bayona» es la zona más antigua de la ciudad y la que concentra más monumentos. La Catedral de Santa María de Bayona y su impresionante claustro son el principal monumento que debes visitar en esta zona. La entrada es gratuita a ambos espacios, aunque el acceso se realiza de manera independiente.

A dos pasos de la Catedral está CIAP Lapurdum, el Centro de Interpretación de la Arquitectura y el Patrimonio de Bayona. Es un pequeño museo que funciona también como oficina de turismo en el que en dos pequeñas salas te presentan los principales hitos arquitectónicos de la ciudad. Abajo, en una antigua bodega, se hacen proyecciones de audiovisuales. La entrada es gratuita. Justo en frente está el Castillo Viejo, que solo se puede ver por fuera porque es una instalación militar. Pasando por el túnel que veréis a la izquierda se accede al Jardín Botánico de Bayona.

También en la «Gran Bayona», justo en el puente en el que se encuentran los dos ríos de la ciudad, el Nive y el Adur, está la Plaza de la Libertad, que preside el monumental edificio que comparten el Ayuntamiento y el Teatro de Bayona, toda una declaración de intenciones sobre el papel de la Cultura en esta ciudad.

El río Nive separa la «Gran Bayona» de la «Petit Bayona». Pasear por la ribera o tomar algo en sus terrazas es una de las cosas que no puedes dejar de hacer. En la «Petit Bayona» no te puedes perder el Museo Vasco de Bayona, un espacio que nos impresionó muy gratamente por su interesante discurso museográfico que hace un repaso de la Historia de la región de manera muy atractiva. Consulta en su web los precios de entrada. Hay un día a la semana en que la entrada es gratuita.

En esta orilla tampoco te puedes perder la iglesia de San Andrés y, justo en frente de ella, junto a un impresionante mural de arte urbano, está el acceso el Trinquet de Sanint-André, una auténtica cancha de pelota vasca que se visita gratuitamente. Junto a la iglesia se puede ver también el Castillo Nuevo, que actualmente son instalaciones de la Universidad. Muy cerca está también el Museo Bonnat, cerrado hasta 2025 por obras, por lo que no pudimos visitarlo.

El tercer barrio de interés de Bayona es St Espirit y está al otro lado del río Adur. Además de la elegante estación de tren ,que visitábamos cada día para explorar los pueblos de los alrededores, vale la pena pasear por la orilla del Adur y disfrutar de algunos de los monumentales graffitis que decoran las paredes de los edificios junto al río. Junto al puente de St Espirit, está también el DIDAM, el centro de arte contemporáneo de la ciudad, muy pequeñito pero con exposiciones muy interesantes.

Dónde comer en Bayona

En esta ciudad probamos distintos sitios que nos encantaron. Con el menú de mediodía de Bakera probamos los grandes tops de la gastronomía vasca a un precio bastante asequible. Si quieres probar buenas ostras Georges&Co es tu sitio, cenamos estupendamente y a buen precio, completando el menú con unas ricas rabas y unas tablas de embutido. Muy cerca, también en el entorno del mercado, tomamos unas tapas muy ricas en Bar François. En la misma orilla del Nive, una terraza muy agradable es la de Une Bouteille à la Nive con vinitos y tapas a muy buen precio.

Algo que no te puedes perder en Bayona es el chocolate a la taza. El sitio más clásico es Cazanave, aunque nosotros probamos el de Pascal y estaba genial. Lo tradicional es que te lo pongan con una nube de nata que te pueden servir dentro del chocolate o aparte. También nos gustó mucho una agradable terraza junto al río, Guinguette Kulunka, donde cada noche había actuaciones musicales.

Hendaya, una ciudad en la frontera

Desde Bayona parte prácticamente cada media hora un tren que va parando en todos los pueblos de la costa (Biarritz, Guetaria, San Juan de Luz y Hendaya). Te recomiendo que en vez de parar en la estación terminal de Hendaya lo hagas mejor en la de antes, Les Deux Jumeaux, que está más cerca de los puntos de interés a visitar.

Qué ver en Hendaya y Hondarribia

Nada más salir de la estación de Les Deux Jumeaux caminamos 15 minutos hasta el impresionante Castillo de Abbadie, una impresionante construcción levantada en un entorno natural único por un intelectual de principios del siglo XX. El interior del castillo solo se puede conocer con visitas guiadas, hay un pase diario en castellano. Si no te coincide el horario, puedes hacer lo que nosotros, comprar el ticket que te permite visitar el exterior y los jardínes, y vale realmente la pena.

Desde allí caminamos 10 minutos hasta el comienzo de la Ruta de senderismo de la Corniche. La ruta completa lleva hasta San Juan de Luz. Nosotros solo recorrimos un pequeño primer tramo para asomarnos a los impresionantes acantilados sobre la costa. Un recorrido fácil y muy bien señalizado.

A continuación, dimos una agradable caminata por todo el paseo marítimo y alucinamos con las preciosas casas señoriales y el antiguo Casino, disfrutando también de un bañito en la playa. Al final del paseo marítimo está el puerto deportivo donde tomamos el barco que en 10 minutos te hace cruzar la frontera con España, el río Bidasoa, y te deja en Hondarribia. Cada viaje cuesta 2.50€.

Un paseo de un par de horas por Hondarribia realmente vale la pena. Nosotros lo comenzamos en el Palacio de Carlos V, actual sede del Parador de Turismo. De ahí bajamos al principal monumento de la ciudad, la Iglesia de la Asunción y recorrimos la fotogénica Nagusi Kalea o Calle Mayor hasta la puerta de Santa María. Continuamos por toda la línea de muralla por Murrua Kalea y terminamos en la Plaza de Gipuzkoa para desde ahí bajar al barrio de pescadores y su calle Santiago donde se conservan algunas casas tradicionales de pescadores y están los restaurantes y bares.

Dónde comer

El mejor consejo que os podemos dar al respecto es que no comáis en Hendaya. Nuestra experiencia fue que la comida es cara y tipo «fast food». Son los típicos bares de «desavío» para un sitio de playa. Cuando cruzamos a Hondarribia, sin embargo, vimos que en la calle Santiago había una oferta mucho más amplia y a mejor precio.

San Juan de Luz, el encanto de la costa

El mismo tren que te lleva a Hendaya hace antes parada en Saint-Jean-de-Luz y la estación está junto a los principales lugares de interés. La visita a esta ciudad no te decepcionará, es una de las más bonitas del País Vasco Francés.

Nosotros comenzamos la mañana en el auténtico Mercado de San Juan de Luz, todo un espectáculo para los sentidos. De ahí nos acercamos a la animada Plaza de Luis XIV para asomarnos a la preciosa estampa del Puerto de San Juan de Luz. A dos pasos está la alucinante iglesia de San Juan. Todo lo que diga sobre ella es poco. Nunca había visto una iglesia así, con una estructura de tribunas alrededor de la nave, un impresionante retablo e increíbles pinturas y esculturas. No me extraña que Luis XIV la eligiera para celebrar en ella su matrimonio con María Teresa de Austria. Tras explorar un poco la zona del centro y sus calles peatonales nos dirigimos a la playa. Recorrer el paseo marítimo con sus elegantes fachadas es toda una experiencia.

El tren de Larrún, una aventura de senderismo

Justo en frente de la estación de tren de San Juan de Luz, está la estación de autobuses donde se toma el autobús 45 que en 20 minutos y por 1.80€ (se paga directamente al conductor/a) te deja en Col de Saint Ignace el punto del que parte el mítico tren cremallera de La Rhune (en español Larrún). El tren sube más de 700 metros en 30 minutos hasta un pico desde el que hay unas impresionantes vistas de España, Francia y de la costa. La leyenda dice que la inciativa de la construcción partió de la emperatriz Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón III, que subió a la cumbre, fronteriza con Navarra, para admirar las visitas. La realidad es que el tren no se inauguró hasta 1924 viviendo momentos complejos durante la Guerra Civil Española y la II Guerra Mundial.

Nosotros hicimos la ruta de senderismo para subir y bajamos en el tren cremallera. Los paisajes de la ruta son impresionantes, te cruzas con caballos y otros animales y se disfruta muchísimo, pero hay un par de tramos bastante duros, sobre todo el tramo final que es entre peñascos hasta llegar a la cima. Vimos a personas que hicieron lo contrario a nosotros, que fue subir en el tren cremallera y bajar caminando. Aunque el tramo de los peñascos es igualmente difícil para la bajada. La ruta de subida es de 2 horas y media y la de bajada de 2 horas. La caminata, sin duda, vale la pena. La experiencia de tomar el tren para subir o bajar, aunque es cara (22 euros por persona), es también muy interesante.

San Juan Pie de Puerto, el comienzo del Camino de Santiago

Se llega tras 1 hora de viaje en tren desde Bayona. El recorrido del tren, lento, sinuoso y siguiendo el cañón de un río ya es toda una experiencia. Nosotros dedicamos una mañana a visitar el pueblo y nos encantó.

Qué ver en Saint-Jean-Pied-de-Port

San Juan Pie de Puerto es el mítico comienzo del Camino francés de Santiago. Un pueblo de ensueño a los pies de las montañas. Nuestra primera visita fue a la Oficina del Peregrino (Oficina de Turismo). Desde el parking que hay junto a ella se entra por la calle de la Iglesia hasta encontrarte al fondo con la coqueta Notre-Dame du Bout du Pont. A tu derecha puedes salir a la fotogénica Puerta de Notre Dame en la que comienza la calle comercial, la Rue d´Espagne, donde compramos algunos patés riquísimos. Pero la foto más instagrameable de la ciudad se toma desde este otro puente vecino. Además, si es verano y quieres pegarte un bañito, justo aquí hay una pequeña playa fluvial.

Ya fresquito puedes volver a la puerta de Notre Dame y subir la calle principal, la Rue de la Citadelle hasta llegar a la cima donde está la antigua Ciudadela de Mendiguren, una antigua instalación militar que durante la Guerra Civil Española acogió a cientos de niños vascos como refugiados y que actualmente es un colegio. Durante los meses de verano se puede visitar al patio de la ciudadela y te explican sus transformaciones a lo largo de la Historia.

Dónde comer en Saint-Jean-Pied-de-Port

Nosotros encontramos por casualidad Hurrup Eta Klik y triunfamos mucho con su tabla de embutidos y las truchas. Todo muy rico, un patio y un personal superagradables y a muy buen precio.

Biarritz, retiro vacacional de la realeza

La mítica ciudad de vacaciones de la aristocracia está a tiro de piedra de Bayona. Aunque el tren de la costa también hace parada en ella, la estación no está tan cercana del centro. Hay un tranvibus que une el Ayuntamiento de Bayona con el de Biarritz en menos de 30 minutos y el billete solo te costará 1.80€. Se compra en la máquina que hay en la parada.

El antiguo pueblo ballenero se transformó en retiro vacacional de la realeza cuando la emperatriz Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón III, se construyó un palacio allí, La Familia Real británica también ha pasado temporadas en ella. Los principales puntos de interés están alrededor de la Grande Plage y su paseo marítimo.

Completar la ruta en Euskadi

Si quieres completar la ruta visitando Euskadi, te recomiendo que leas mi post sobre Bilbao y el de Vitoria Gasteiz.

Publicado por Adrián Yánez

Gestor cultural y periodista. Desarrollo proyectos culturales y de comunicación. Sevilla. Andalucía.

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