Hoy se abre al público una de las residencias palaciegas más importantes de la ciudad. Un espacio en el que la Arquitectura, la Historia y las Artes se encuentran. También es un lugar lleno de curiosidades que te proponemos repasar.
1.Dueñas no es un palacio.
La tradición sevillana llama a las residencias palaciegas “Casas” y no palacios. Quizás el ejemplo que nos resulta más familiar es el de Casa Pilatos, que no Palacio Pilatos. Solo existen dos excepciones a esta nomenclatura: el Palacio de San Telmo y el Palacio Arzobispal. El primero de ellos adquirió esa condición cuando la infanta María Luisa y su marido establecieron su residencia en la antigua Universidad de Mareantes. La sede del arzobispado es llamada palacio desde el siglo XIX. Por tanto, es más correcto decir Casa de Las Dueñas que Palacio
2. Las Dueñas eran unas monjas
La casa recibe su nombre del desaparecido monasterio cisterciense de Santa María de las Dueñas que estaba junto al palacio. Las Dueñas eran monjas encargadas de prestar servicios a damas de la realeza y aristocracia desde la Reconquista de Sevilla. El convento fue destruido durante la revolución de 1868.
3.Los Alba no construyeron Dueñas
Hasta el siglo XVII, los duques de Alba no se convierten en propietarios del edificio. En el siglo XV las obras son iniciadas por los Pineda, señores de Casa Bermeja. Tras ellos serán dueños de la casa los Enriquez de Ribera, hasta que Antonia Enríquez de Ribera se casa en 1612 con Fernando Álvarez de Toledo, que más tarde será el VI duque de Alba. Desde entonces la familia ostenta la propiedad del edifico.
4. La Casa sirvió para pagar un rescate
Uno de los primitivos propietarios de la casa, Don Juan de Pineda, fue apresado por los musulmanes durante la Guerra de Granada. Para pagar el rescate hubo de hipotecarse la casa, que finalmente fue adquirida por Doña Catalina de Ribera.
5. Dueñas y Casa Pilatos son palacios hermanos
Catalina de Ribera compró ambas casas a finales del siglo XV para agregarlas a las propiedades de la familia Enríquez de Ribera. Los dos palacios pertenecieron a la misma familia durante más de 100 años. Por ello, los dos edificios tienen muchas similitudes arquitectónicas en un lenguaje que se mueve entre el gótico-mudéjar y el renacimiento.
6. Fue un corral de vecinos
Como ocurrió con otras muchas familias de la nobleza sevillana, los Alba dejan en el siglo XIX de venir a Sevilla, como consecuencia de sus responsabilidades en la Corte y las nuevas instituciones parlamentarias de Madrid. Dueñas vive entonces un periodo de decadencia en el que se convierte en una casa de vecinos, alquilándose sus estancias como viviendas.
7. Antonio Machado Álvarez fue su administrador
El padre de los escritores Antonio y Manuel Machado fue administrador de esta casa de vecinos, en la que precisamente nació Antonio Machado en 1875. El insigne escritor evoca los espacios de la casa en algunos de sus poemas.
8. Es obligatorio abrir Las Dueñas al público
La Ley de Patrimonio obliga a los edificios declarados Bien de Interés Cultural a facilitar su visita. Diferentes acuerdos de la desaparecida duquesa de Alba con la Consejería de Cultura permitieron mantenerla cerrada al público durante años. Como compensación Doña Cayetana facilitó el préstamo y exposición de diferentes obras de la colección artística.
9. Las Dueñas son un museo
Además del valor arquitectónico del edificio, Las Dueñas son un excepcional contenedor artístico con más de 1.400 piezas pictóricas y escultóricas de primer orden. En la colección destacan obras de José de Ribera, Sorolla, Gonzalo Bilbao, Zuloaga o Luca Giordano.
10. Un homenaje a Cayetana de Alba
Los promotores del programa de visitas son conscientes del tirón mediático de la desaparecida duquesa de Alba. Por ello en el recorrido se harán continuas alusiones a la figura de Doña Cayetana, que vivió y murió en el palacio.
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