Malta en invierno

Cuando pensamos en una isla en medio del Mediterráneo lo lógico es imaginar que es un destino ideal para el verano. En mi opinión, para visitar Malta, uno de los países más pequeños de Europa, debes huir de la temporada alta en la que el calor húmedo y la masificación pueden jugarte una mala pasada. Nosotros visitamos el archipiélago la primera semana de enero y el buen tiempo y la falta de aglomeraciones nos hicieron disfrutar a tope.

La Capital: La Valeta

Nosotros tomamos la capital como campamento base y desde allí exploramos todo el país en nuestros cinco días de estancia. Nos alojamos en este apartamentazo que recomendamos muy mucho. La Valeta es una ciudad bellísima y llena de patrimonio pero también es muy pequeña, así que se puede ver sobradamente en uno o dos días. Está completamente rodeada de murallas por lo que el acceso más común es a través de la Plaza del Tritón. Nada más cruzar la muralla te encontrarás con el moderno edificio del Parlamento de Malta y las ruinas del que fue el Teatro Real, destruído por el bombardeo de la II Guerra Mundial y cuya restauración lo ha convertido en un impresionante auditorio al aire libre. En el Teatro empieza Republic Street, una animada calle con tiendas y restaurantes que atraviesa la ciudad de lado a lado. A medida que avances por ella te irás encontrando distintas plazas con los edificios más monumentales. Las más increíbles son la de la Concatedral de San Juan, la de la Biblioteca Nacional (un edificio muy recomendable y de acceso gratuito) o la del Palacio del Gran Maestre, actual sede de la Presidencia de la República, cuyos salones de Estado se pueden visitar.

La religiosidad de los malteses es algo que los hace famosos. El país tiene 365 iglesias, una por cada día del año (al menos los no bisiestos), pero si tenemos que quedarnos con alguna esta es nuestra selección: La Concatedral de San Juan es la visita que no puedes dejar de hacer. Los 15 euros que pagarás por la entrada serán los más aprovechados de tu viaje. Te dan una estupenda audioguía que te explica todos los detalles de la impresionante decoración del interior de este majestuoso edificio, que contrasta con el sobrio exterior. Calcula al menos una hora y media para visitar todas las capillas, subir a la galería y alucinar con la pintura de Caravaggio. El Museo catedralicio estaba en obras cuando nosotros fuimos.

La ciudad tiene otra Catedral, la de San Pablo, de credo protestante y que fundaron los británicos durante su dominación. En la puerta a veces venden unas minitartaletas con fruta confitada a cambio de un donativo que están de muerte. El interior es muy curioso y distinto a las otras iglesias católicas de la isla. A dos pasos la iglesia de los Carmelitas, la cúpula más reconocible de la ciudad.

La Valeta ha sido Capital Europea de la Cultura en 2018, lo que le ha permitido darle un lavado de cara a sus museos. Sus horarios imposibles en invierno (cerraban a las 17 h la mayoría) solo nos permitieron visitar uno, el Centro de Creación Contemporánea Spazju Kreattiv que está en el interior de una antigua fortaleza y que alberga distintas salas de exposiciones, un auditorio y un cine. Aunque nos quedamos con las ganas de ver el Muza, el Museo de Bellas Artes o el Museo Arqueológico Nacional. 

Pero lo mejor de La Valeta es perderte por sus callejuelas, alucinar con los balcones de colores y descubrir de repente las vistas al mar y a las ciudades cercanas. Los mejores miradores están en el Bastión de San Juan, los jardínes de Lower Barrakka y los de Upper Barrakka. En estos últimos cada día a las 12 y a las 16 horas se hace el Saluting Battery, el disparo ceremonial de un cañonazo. Para verlo desde la plataforma de abajo hay que pagar 3 euros por persona, pero desde la terraza superior (desde donde personalmente me parece que se ve mejor) es gratuito pero tienes que llegar 10 ó 15 minutos antes para coger sitio.

La oferta gastrónomica de la capital es fuerte y variada. Nosotros nos dimos un pequeño homenaje en Legligin Restaurant que tiene un menú degustación por el módico precio de 35 euros (bebida aparte) con 5 platos típicos. El menú va cambiando pero a nosotros nos sirvieron unos aperitivos variados, arroz caldoso, pasta, el famoso conejo maltés y el postre. También nos recomendaron Valletta St Paul’s AFT para probar pescado, pero no nos pilló abierto. The Rootz Bar y Sotto Pinsa Romana son otras recomendaciones. Para tomar un cafecito en un sitio agradable está Circus Malta. Para tomar una cerveza o una copa la célebre Stait Street es la zona más alternativa de la ciudad.

Y si La Valeta tiene un pero ese es que ¡no tiene supermercados! El único que hay está en el sótano de este mercado y es caro y con poca variedad. Si alquiláis coche comprad en alguno de los hipermercados que hay a las afueras porque sale mucho más rentable.

Las Tres Ciudades

Justo en frente de La Valeta te encontrarás con tres minipenínsulas conectadas entre sí que son conocidas como las Tres Ciudades. Es una excursión muy agradable para hacer una tarde. Para llegar lo más fácil es tomar el ascensor en los jardínes Upper Barakka (1 euro bajar y luego subir, no pierdas el ticket) que te lleva directamente al muelle donde tienes dos opciones para cruzar: las barcas tradicionales en las que caben 6 personas y que continuamente van de una orilla a otra por 2 euros y el catamarán con capacidad para muchas más personas que sale cada media hora (el viaje cuesta 1.5 euros). Nosotros probamos las dos opciones, una a la ida y otra a la vuelta y ambas tienen su encanto. En los dos casos desembarcas en Birgu, la península central, que tiene un precioso paseo por el puerto, el Fuerte de San Ángel y sus impresionantes vistas o las preciosas callejuelas y plazas. Si continuas bordeando el puerto llegas a Cospicua, que en la parte alta tiene una ciudadela rodeada por murallas hasta llegar a los Gardjola Gardens. La mejor estrategia es callejear sin rumbo e ir descubriendo las tres ciudades.

Centro de la Isla

Después de la Valeta los puntos más visitados de la Isla se encuentran a menos de 20 minutos de la capital y muy cerca los unos de los otros. Te cuento la ruta que nosotros hicimos y que empezó en Mosta, una ciudad reconocible por la enorme cúpula de su iglesia que puede verse casi desde cualquier punto de Malta. La entrada cuesta 5 euros y te permite subir a la cúpula, ver el interior de la iglesia y el pequeño museo de la Sacristía donde se encuentra el misil que milagrosamente no explotó pero que dejó una huella todavía visible en el techo. También se puede bajar a los refugios de la II Guerra Mundial que están musealizados para entender mejor la resistencia del pueblo maltés.

A menos de 10 minutos en coche de Mosta está Mdina, la capital histórica de Malta, una ciudadela rodeada por murallas y a la que se accede por una monumental puerta que a los fanáticos de Juego de Tronos les resultará muy familiar. Piérdete paseando por sus callejuelas y sorprendiéndote por el impresionante estado de conservación de sus edificios. 

Fuera de la muralla, a solo 10 minutos caminando de Mdina, está Rabat, una ciudad menos monumental pero más vivida. En ella, además de disfrutar de su enorme oferta gastronómica ,es muy recomendable visitar sus catacumbas. Yo visité las Catacumbas de San Pablo. La entrada te da acceso a un interesante museo de arte sacro, a la capilla de San Pablo, las antiguas catacumbas paleocristianas y un refugio de la II Guerra Mundial. A pocos minutos está la costa norte donde terminamos la jornada disfrutando de los acantilados de esta zona donde está el restaurante The Cliffs. También muy cerca está un restaurantazo para disfrutar, Diar il-Bniet.

Una ruta por el Sur de Malta

También muy cerca de La Valeta, a menos de media hora y en toda la costa sur, puedes encontrar algunos puntos de interés que te recomiendo. Nuestra jornada empezó asomándonos al impresionante mirador sobre el Blue Grotto, una curiosa fomación natural en los acantilados. De allí, a dos minutos en coche, bajamos al curioso puerto interior de Wied Iż-Żurrieq, aunque las malas condiciones del mar ese día no nos permitieron hacer la excurisión en barca por la zona.

A apenas 5 minutos en coche está el impresionante complejo arqueológico de Ħaġar Qim, con dos templos prehistóricos muy interesantes en los que la astrología, la tecnología de nuestros antepasados y un impresionante entorno natural crearon un interesante espacio que está genialmente contextualizado por una completa audioguía y una pequeña proyección en el cine del centro de interpretación. La entrada cuesta 10 euros y la visita dura algo más de una hora. El conjunto está declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO y tiene más de 3600 años de antigüedad.

Desde allí condujimos unos 20 minutos hasta las piscinas naturales de St Peters Pool, donde un 4 de enero pudimos disfrutar del primer chapuzón del año. El camino para acceder es muy estrecho y en teoría al final del mismo había una explanada para aparcar que por ser temporada baja estaba cerrada pero pudimos dejar el coche en uno de los laterales del camino. En la piscina no es raro que te encuentres a un valiente perro y su dueño que hacen unos impresionantes saltos mortales desde las rocas y que son auténticas celebridades en Youtube. Si piensas echar un rato allí lleva algo de comer y beber porque no hay tiendas ni nada que se le parezca cerca.

A 10 minutos en coche el precioso pueblo pesquero de Marsaxlokk que acoge los domingos un mercado de pescado en el paseo marítimo, aunque cualquier día es bueno para disfrutar de sus restaurantes. Nosotros comimos en Harbour Lights y nos encantó. Pasear por el puerto y ver las barcas tradicionales pintadas de vivos colores y con el ojo de Isis es todo un must.

Muy cerca está también Marsaskala, otro pueblo pesquero encantador.

La isla de Gozo

La República de Malta está formada por tres islas principales: Malta, otra de menor tamaño situada al Norte, llamada Gozo, y un islote desierto entre ambos, Comino, que se suele visitar en verano para disfrutar del mar pero que nosotros en invierno no pudimos conocer.

En Gozo hay bastantes menos turistas que en Malta y está lleno de sitios interesantes que visitar. Si no tienes coche de alquiler lo más fácil quizás es que pilles uno de los ferrys que diariamente salen de La Valeta. En nuestro caso fuimos a Cirkewwa, el punto más al norte de la isla de Malta, de donde salen cada media hora ferrys para Gozo. El viaje de ida y vuelta cuesta 15 euros por vehículo con conductor más 5 euros por cada pasajero adicional. A la ida no se paga, solo a la vuelta. El trayecto dura menos de 15 minutos y pasas junto al islote de Comino hasta llegar al puerto de Mgarr, ya en Gozo.

Te cuento la ruta que seguimos ese día y que tuvo mucha naturaleza. Comenzamos la jornada en el mar interior de Dwejra. Es un sitio muy guay donde al menos echarás una hora por todo lo que hay alrededor. Es un pequeño pueblo pesquero interior que se comunica con el mar abierto a través de una cueva. Desde allí parten paseos en barco que te llevan por la costa. A 5 minutos caminando están las piscinas naturales de Blue Hole y se pueden ver los restos de la Azure Window que en 2017 colapsó en una tormenta. De ahí fuimos dando un paseito por la bahía con unas impresionantes vistas de acantilados hasta llegar a esta miniplaya de San Lawrence con unos pequeños almacenes para pescadores y embarcaderos muy curiosos.

Desde allí cogimos de nuevo el coche para explorar la costa opuesta (apenas 15 minutos conduciendo de un extremo a otro) no sin antes pasar por el famosísimo Santuario Nacional de la Virgen de Ta ‘Pinu, la versión maltesa de Lourdes, el Rocío o Fátima, un centro de peregrinaje muy curioso. Se puede ver la explanada exterior con paneles de mosaicos, la iglesia y una sacristía repleta de ex votos con peticiones para la virgen. Si vas en coche vas a ver esta iglesia todo el tiempo dominando el paisaje y en algún momento te detendrás para visitarla.

A 10 minutos del santuario está Wied il-Mielaħ, un espectacular mirador al que se llega por un caminito señalizado junto al acantilado para terminar viendo una formación muy similar a como debió ser la Azure Window. Vale la pena acercarse.

Desde allí, tras un pequeño viaje en coche de 15 minutos fuimos a las Salinas de Marsalforn, una espectacular construcción del siglo XVII que domina varios kilómetros de la costa. Te recomiendo un paseo tranquilo por este lugar donde incluso se puede comprar sal. Nosotros comimos muy cerca en el restaurante Qbajjar uno de los sitios que más nos gustó de Malta, por su buena relación calidad/precio.

De ahí fuimos a Victoria, la capital de la isla, que es una ciudad muy interesante por su enorme patrimonio. Aparcamos junto al convento de San Agustín y de ahí iniciamos un paseito por las callejuelas del barrio de San Jorge en el que te recibe una escultura del santo matando al dragón hasta llegar a la Basílica de San Jorge y de ahí a la Plaza de la Independencia. Ahí comienza la subida a la antigua Ciudadela de Victoria una fortaleza que desde hace pocos años se está recuperando. Tienes la opción de pasear gratuitamente por sus callejuelas y ver las impresionantes fachadas de la Catedral, las visitas desde las murallas y bajar a los jardínes del foso. Todo esto te llevará al menos una hora. También puedes comprar una entrada para visitar el museo de arqueología, la antigua prisión y el interior de la Catedral.

¿Cómo moverse por Malta?

En nuestro caso alquilamos un coche que recogimos directamente en el aeropuerto. ¡Recuerda que en Malta, por su pasado como colonia británica, se conduce por la izquierda! No existen autovías y las mejores carreteras serían las equivalentes a una secundaria en España. Aunque verás que las distancias son cortas en kilómetros el tráfico es lento y necesitarás tiempo. Eso sí, al final las islas son pequeñas y nunca vas a hacer un trayecto de más de una hora.

Al casco histórico de La Valeta no se puede entrar con coche si no eres residente, así que nosotros aparcamos todos los días en este parking gratuito. Si está ocupado, alrededor encontrarás muchos aparcamientos al aire libre donde puedes dejar tu vehículo por 4 euros/día. Al ir en temporada baja pudimos aparcar facilmente en todos los lugares que visitamos. Si no quieres alquilar coche desde la Plaza del Tritón de la Valeta salen autobuses a toda la isla y el servicio es muy barato aunque evidentente necesitas más tiempo para llegar que en coche. También hemos visto a mucha gente que usaba Uber y Bolt para llegar a los lugares más recónditos de la isla.

En definitiva, Malta es un destino ideal para una escapada de 3 a 5 días que también se puede disfrutar en invierno.

Publicado por Adrián Yánez

Gestor cultural y periodista. Desarrollo proyectos culturales y de comunicación. Sevilla. Andalucía.

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