A apenas 30 kilómetros de Sevilla y muy bien comunicada por Cercanías, se encuentra Utrera, una localidad con más de 50.000 habitantes que atesora un impresionante Patrimonio monumental que ya de por sí justifica de sobra una escapada. Además, durante 2018, el municipio conmemora el 250 aniversario del nacimiento de un desconocido a la vez que fascinante personaje histórico: el Abate Marchena. En este post te propongo una ruta para seguir sus pasos por la ciudad de Utrera.
José de Marchena y Ruiz de Cueto es una de esas figuras que, de tantas vueltas que dio su vida, no se comprende cómo nadie ha hecho una película sobre él. Nació, según la tradición, en el número 14 de la actual calle Alcalde Fernández Heredia en 1768 y fue bautizado en la parroquia de Santiago, uno de los primeros monumentos que verás a tu llegada a la localidad porque su torre, junto a la de la iglesia de Santa María son los edificios que más destacan entre el caserío.
Marchena vivió la mayor parte de su vida fuera de la localidad utrerana. Pasó su apasionante vida viajando por el mundo: Salamanca, Madrid, Francia, Alemania o Suiza. Es por ello que la huella material de este curioso personaje histórico no es tan palpable como la de otros ilustres hijos de Utrera como Rodrigo Caro, Francisco Ruiz Gijón , los hermanos Álvarez Quintero, Fernanda y Bernarda de Utrera o Clemente y Enrique de la Cuadra. Por ello durante 2018 son numerosas las actividades planificadas por el Ayuntamiento en el Año Abate Marchena para recordar a este intelectual que legó a la localidad un inmenso patrimonio intelectual.
José de Marchena nunca fue sacerdote. Es más, en sus escritos manifiesta su anticlericalismo durante la mayor parte de su vida. Por ello es muy curioso el apodo de «abate» con el que se le conoce. Sabemos de la relación del Abate con la iglesia de Santiago, en la que fue bautizado, y que tiene una curiosa rivalidad secular con el otro principal monumento religioso de la ciudad, la parroquia de Santa María de Mesa, cuya monumental fachada renacentista se atribuye a Martín de Gainza, maestro de obras de la Catedral de Sevilla. Las campanas de Santiago y Santa María son famosas por el arriesgado método que siguen los campaneros de ambos templos para tocar las campanas subiéndose a ellas.
Muy cerca de Santa María encontraréis la plaza del Bacalao, antiguo epicentro de Utrera que albergaba la prisión de la localidad. El Abate Marchena conoció muy de cerca, no esta cárcel utrerana, pero si otros calabozos del mundo. Precisamente salió de España huyendo de la Inquisición y se trasladó a Francia donde vivió los primeros años de la Revolución Francesa. Su filiación con los girondinos le hizo enfrentarse al Terror de Robespierre que lo metió en prisión durante más de 14 meses. También en la plaza del Bacalao estaban las antiguas Casas Consistoriales, es decir, el Ayuntamiento, en cuya fachada podréis ver unas curiosas marcas de cantero en forma de cara.
El Ayuntamiento de Utrera ocupa desde 1939 el antiguo palacio de Vistahermosa, a muy pocos metros de la supuesta casa natal del Abate Marchena. No puedes dejar de pasear por sus salones historicistas del siglo XIX, fruto del capricho de su propietario Enrique de la Cuadra, que supone un personaje completamente antitético del Abate Marchena. Sin embargo, el salón Pompeyano, el salón árabe y el salón oriental pueden recordarnos al afán viajero de José de Marchena y su conocimiento de la Historia y las lenguas. En su época de estudiante de la Universidad de Salamanca sabemos que aprendió latín, algo de árabe y hebrero.
¿Conocería Marchena la vinculación de su ciudad con la cultura judía? Sin duda, sí. La comunidad hebrea de Utrera tomó cierta importancia durante la Edad Media. Por ello en pleno centro de la localidad, donde hoy se ubica la calle del Niño Perdido, podemos ver todavía la huella de la antigua Judería.
Otra de las buenas noticias que el Año Abate Marchena ha traído a Utrera es la recuperación de algunos espacios patrimoniales para la ciudad. El antiguo Castillo de Utrera, una fortaleza que fue esencial durante la Edad Media para la defensa de la línea de frontera entre el musulmán Reino de Granada y las posesiones cristianas del Reino de Sevilla, se utiliza durante este año como espacio escénico y de conciertos.
También en la época del Abate la fortaleza cumplió un papel impotante. Durante la Guerra de la Independencia Utrera acogió el Cuartel General del Ejército al ser un punto estratégico fundamental entre Cádiz y Sevilla. El Abate regresó en este periodo de su exilio francés acompañando a José I Bonaparte a quién sirvió como un alto funcionario y con quien tuvo que abandonar España tras su caída.
En definitiva, la figura del Abate Marchena tiene tantos prismas que es difícil resumirlos en un único post. Fue impulsor de las primera publicaciones críticas de nuestra Historia del Periodismo de nuestro país, tradujo al castellano a Rousseau, Montesquieu y otros pensadores esenciales. Apoyó las artes, la música y las artes escénicas. Fue filósofo, historiador, compositor y dramaturgo. La Historia quiso que viniera a morir a nuestro país en 1821 cuando el general Riego recuperó la Constitución de 1812 y con ello se acabó por un breve periodo de tiempo con el Absolutismo.
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