Son pocos lo sevillanos (por no decir ninguno) que no han oído alguna vez el nombre de Juan Martínez Montañés. Apodado el «Dios de la madera» el jiennense se convirtió en uno de los principales escultores del siglo XVII. Su biografía esconde gran cantidad de curiosidades, desde su paso por la cárcel a una trágica muerte.

Casi nadie sabe que el autor de Jesús de la Pasión, una de las imágenes más celebradas de la Semana Santa sevillana, estuvo en la cárcel. Casi dos años estuvo en la llamada Cárcel Real, un edificio que se encontraba en la esquina de Sierpes con la Plaza de San Francisco. Al parecer, se sospechaba su implicación en el asesinato de un tal Luis Sánchez.
Algunos atribuyen a su arrepentimiento del supuesto asesinato (del que finalmente fue absuelto) la iniciativa de hacer el Cristo de la Clemencia. A este crucificado, que se conserva en la Catedral de Sevilla, solo se le pueden ver los ojos si estás de rodillas ante él, pidiendo Clemencia. La leyenda más extendida dice que fue un sacerdote mujeriego y vividor, el arcediano Vázquez de Leca, el que lo encargó para pedir perdón por sus pecados.
La muerte de Martínez Montañés no fue menos trágica. En 1649 una gran epidemia de peste asoló la ciudad de Sevilla. Más de la mitad de la población murió en esta plaga. Algunos historiadores dicen que en ella hubo más de 60.000 muertos. Entre ellos estuvo el Dios de la Madera, que fue enterrado en algún lugar de lo que hoy conocemos como Plaza de la Magdalena.
3 comentarios sobre “Los secretos del Dios de la Madera”