Una imaginera en la Semana Santa sevillana

Luisa Roldán, la Roldana, es una de las figuras más desconocidas de la Historia del arte sevillano. Todos conocemos los nombres de grandes imagineros como Juan Martínez Montañés o Juan de Mesa, pero pocos recuerdan que Luisa Roldán fue la que llegó más alto al convertirse en escultora de cámara del rey Carlos II.

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Virgen de la Estrella, obra de Luisa Roldán, «la Roldana». Foto propiedad de Ángel Chacón. http://www.flickr.com/photos/sjaces/128797979/

A Pedro Roldán le ocurrió lo que a muchos de los artistas de su tiempo. Acabó enamorándose y casándose con Teresa, la sobrina de su maestro, Alonso de Mena. Con ella tuvo ocho hijos, que acabaron convirtiéndose en escultores que le echaban una mano a su padre en el taller. Los niños realizaban los trabajos más duros, mientras a las niñas se les relegaba a las tareas secundarias. Sin embargo, muy pronto la cuarta hija, Luisa Roldán comenzó a desmostrar que era mejor que sus hermanos con la gubia. Pedro fue dejando para ella los trabajos más complicados y se acabó convirtiendo en la estrella del taller.

A Luisa Roldán, conocida como La Roldana, le debemos algunas de las más delicadas imágenes de la Semana Santa de Sevilla. Durante siglos su condición mantuvo oculta la autoría de sus obras. Fueron primero su padre y luego su marido quienes firmaron los contratos con los que querían una escultura suya. Con su padre trabajó en el paso de la Hermandad de la Exaltación, tallando al Buen y al Mal ladrón, Dimas y Gestas. También es la reconocida autora del ángel de la Oración en el Huerto de la Hermandad de Montesión.

Pero probablamente su imagen más importante para la Semana Santa de Sevilla sea María Santísima de la Estrella, una de las imágenes más señeras del Domingo de Ramos. En 2010 tras su restauración en el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico se dio por segura como obra del taller de La Roldana y de su marido, el también escultor Luis Antonio de los Arcos.

El esposo de La Roldana, dicen algunos historiadores, pudo ser uno de los causantes del triste final de la escultora. A pesar de haber conseguido el más alto reconocimiento que nunca había logrado una mujer, ser nombrada escultora de cámara del Rey, murió en la absoluta pobreza. Junto a su partida de defunción se conserva una Declaración de Pobreza de la que fue una de las figuras más importantes del arte en los siglos XVII y XVIII.

Publicado por Adrián Yánez

Gestor cultural y periodista. Desarrollo proyectos culturales y de comunicación. Sevilla. Andalucía.

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