Los sevillanos contamos orgullosos que el barrio de Santa Cruz fue la antigua judería de la ciudad. Lo que no saben muchos es que el aspecto actual de esta zona de estrechas calles y plazas recoletas no tiene más de 100 años. Descubrimos la operación de «maquillaje» a la que fue sometido el barrio para recibir a los turistas de la Exposición de 1929.

El aspecto actual de la plaza de Santa Cruz fue ideado por el arquitecto regionalista Juan Talavera y Heredia en 1918. Se trataba de «adecentar» el barrio de Santa Cruz para la oleada de turistas que se esperaba para la Exposición Iberoamericana de 1929. Realizó otras intervenciones similares en la plaza de Doña Elvira o en los Jardínes de Murillo.
El arquitecto decidió poner en el centro de la plaza la Cruz de la Cerrajería. Esta obra de forja de finales del siglo XVII había estado en la esquina de Sierpes con Rioja hasta mediados del siglo XVIII pero la protesta de los cofrades por el estorbo que suponía para la Semana Santa llevó a retirarla de su lugar original. La cruz tiene en su base unas serpientes que podrían hacer referencia a la calle Sierpes donde estaba dispuesta.
La Plaza de Santa Cruz recibe su nombre de la antigua iglesia que había en ella hasta que las tropas de Napoleón la derribaran en 1810. Antes que iglesia este templo fue la Sinagoga Mayor de la Judería sevillana. En algún punto sin localizar de la plaza está la tumba de Bartolomé Esteban Murillo, tal y como asegura una placa dispuesta en uno de sus extremos.

Como el barrio necesitaba una parroquia, el antiguo convento de los Mínimos de la Calle Mateos Gago pasó a llamarse parroquia de Santa Cruz, tal y como la conocemos actualmente.
Muy interesante. Idéntico proceso fue llevado a cabo en Cáceres, solo que un poco más tarde, a partir de 1938. Me llega a resultarme decepcionante…
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