Copenhague más allá de la sirenita

Si le preguntamos a cualquier persona qué imagen se le viene a la cabeza al pensar en Copenhague probablemente su primera respuesta sea el famoso monumento a «La Sirenita» que se encuentra en la bahía del puerto de la ciudad. Pero la capital danesa esconde muchísimos atractivos y en este post encontrarás algunas recomendaciones.

A muy pocos metros del  muelle abarrotado de turistas que buscan hacerse la foto junto a la escultura que evoca al más famoso personaje de Hans Christian Andersen podrás disfrutar de un tranquilo paseo por Kastellet, una fortificación en forma de estrella que los reyes de Dinamarca construyeron para proteger la ciudad. Vale mucho la pena recorrer los jardines de la fortificación.

La monarquía danesa sigue siendo todo un símbolo nacional y a pocos metros de la Sirenita y de Kastellet puedes ver la que actualmente es la residencia de la reina Margarita y de su hijo mayor, el palacio de Amalienborg. En torno a la plaza central se distribuyen cuatro palacios que ocupan distintos miembros de la Familia Real. Algunos días, a las 11.30 de la mañana, se hace el cambio de guardia en la plaza central.

Pero si hay un palacio famoso en Copenhague, ese es Christiansborg, el conjunto monumental que se ha hecho famoso gracias a la serie de tv Borgen. Este islote en el centro de la ciudad acoge todos los poderes del Estado: los actos oficiales de la monarquía se hacen allí, la oficina del Primer Ministro está entre sus muros y es la sede del Parlamento y del Tribunal Supremo. Su posición geográfica te hará pasar por él cada vez que te traslades de un lado a otro de la capital danesa.

En uno de los patios de la fortaleza podrás ver el acceso a la Biblioteca Real de Dinamarca, una de las más importantes del Norte de Europa. La Biblioteca está repartida entre dos edificios, uno histórico que forma parte del conjunto monumental del Borgen y otro anexo de corte contemporáneo, conocido como «el Diamante negro». El acceso a ambos edificios es gratuito y, sin duda, vale la pena.

Sacando un ticket podrás visitar los apartamentos de Estado que la Corona utiliza para las recepciones oficiales, incluido el salón del Trono, así como las cocinas, las caballerizas y el yacimiento arqueológico que se descubrió bajo el castillo. La subida a la torre es gratuita pero suele haber bastante cola. Échale paciencia, porque subir vale la pena.

Pero las mejores vistas de la ciudad no son las de la torre de Christiansborg, las encontrarás en  la Torre Redonda, una curiosa construcción del siglo XVII a la que se sube por un sistema de rampas que permitía a los reyes de Dinamarca ascender a caballo.

Probablemente el museo que más vale la pena en la capital danesa sea la NY Carlsberg Glyptotek. No, no es un museo de cerveza, aunque su fundador fuera el propietario de la famosa empresa cervecera. El museo acoge una importante colección de Arte Antiguo con piezas del antiguo Egipto, Grecia y Roma. Además, gracias a la donación de la esposa danesa de Gaugin tiene una parte dedicada  a los impresionistas.

Si prefieres otro tipo de diversión justo en frente del museo tienes otro de los símbolos de la ciudad, el parque de atracciones Tívoli. Se fundó ni más ni menos que en 1843 y conserva ese aire «vintage» que lo hace tan especial sobre todo por la noche cuando la iluminación le da un aire muy especial.

Una de las imágenes más famosas de la capital de Dinamarca es Nyhavn (Puerto Nuevo) cuyas casas de colores se convirtieron en escenario de la película «La chica danesa». En el canal se puede ver un amplio muestrario de barcos históricos que hicieron del país en una de las principales potencias marítimas de Europa.

Por último, no te puedes perder Christiania considerada una ciudad libre autogobernada por sus habitantes e independiente de Dinamarca y de la Unión Europea. La comuna fue fundada en los 70 y en la actualidad  tiene más de 1.000 vecinos cuyas casas se levantan a orillas de los canales que atraviesan las zonas ajardinadas. Mi recomendación es que la recorráis con tranquilidad los senderos y calles descubriendo la zona de bares y tiendas (la zona es famosa porque en algunos puestos se vende marihuana). Es, cuando menos, una zona muy curiosa.

En definitiva, Copenhague es uno de los destinos de moda. Es una ciudad cara, no lo podemos negar, pero vale la pena recorrer sus calles y descubrir los rincones que la hacen tan especial.

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Publicado por Adrián Yánez

Gestor cultural y periodista. Desarrollo proyectos culturales y de comunicación. Sevilla. Andalucía.

2 comentarios sobre “Copenhague más allá de la sirenita

  1. Muy interesante Adrian, como siempre, no sé si llegaste en avión y pudiste disfrutar de las vistas del impresionante puente de Øresund o si pudiste contemplar el capitel de la Iglesia de Nuestro Salvador y te trajo recuerdos 😉

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