La Casa de Felipe VI en Sevilla

Todo el mundo sabe que el Rey de España vive en el Palacio de la Zarzuela en Madrid. Pero lo que no muchos saben es que en el Real Alcázar de Sevilla el monarca tiene una vivienda siempre a su disposición para cuando visita la ciudad. Esto convierte el Alcázar hispalense en el Palacio Real en uso más antiguo de Europa. En este post te muestro las estancias del Cuarto Real Alto que se pueden visitar en un circuito especial.

Al Cuarto Real Alto se accede por la escalinata que da al Patio de la Montería. Junto a un Retablo dedicado a San Cristóbal, patrón de los viajeros, hay una puerta sencilla tras la que se esconden las lujosas estancias en las que el Rey de España recibe a sus invitados durante sus estancias en Sevilla. Mientras que la planta inferior del Alcázar se muestra completamente desnuda de mobiliario a los turistas, las habitaciones de la planta de arriba están repletas de mobiliario. Nada más pasar de la escalinata al recibidor nos encontramos tapices, pinturas, consolas, relojes, candelabros y sillas sobre todo de estilo isabelino. Isabel II pasó largas estancias en el Palacio siendo ya reina madre, bajo el reinado de su hijo Alfonso XII. No hay que olvidar que su hermana, la infanta María Luisa, residía a pocos metros del Alcázar, en el palacio de San Telmo.

Aunque el mobiliario es del siglo XIX la arquitectura es muy anterior. El Cuarto Real Alto se asienta sobre el Palacio Mudéjar o de Pedro I, construido en el siglo XIV. Mientras que la planta inferior se usaba en los meses de verano, por estar más protegida del sol, las habitaciones de arriba eran las preferidas para el invierno. Los Reyes Católicos y sus sucesores instalan en el piso superior algunas estancias de las que conservamos una joya a la que se accede desde la puerta a la derecha del vestíbulo: el Oratorio de Isabel la Católica. Este conserva un retablo cerámico de Niculoso Pisano que se concluyó el mismo año de la muerte de la reina. El ceramista escoge el tema de la Visitación de Santa Isabel a su prima María, en honor a la onomástica de la monarca.

Del oratorio se pasa al Comedor de Gala, una ostentosa sala que copia al comedor del Palacio Real de Madrid. La estancia, construida en el reinado de Alfonso XII, recibe luz desde el techo por unos lucernarios que nos recuerdan a la galería del Museo del Prado.
Junto al comedor hay dos salas que nos hablan de las costumbres de la época: el salón de billar y la sala de fumar. A estas estancias se retiraban los caballeros después de la cena dejando a las damas en otra estancia. Desde ambas habitaciones hay unas impresionantes vistas del Patio de las Muñecas desde arriba.

Pero si hay que hablar de buenas vistas sin duda el premio se lo lleva la panorámica del Salón de Embajadores desde el Salón de Fumar. La cúpula de media naranja casi se puede tocar con la punta de los dedos y la galería de retratos de Reyes está a la altura de nuestra vista.

También se conservan algunas estancias interesantes de épocas anteriores, como la Galería de los Reyes Católicos, con unas vistas privilegiadas sobre los jardines y la habitación de invierno de Pedro I, que tiene en su decoración unas misteriosas calaveras que promueven la leyenda negra en torno a este monarca apodado el Cruel.

Tras atravesar la galería superior del Patio de las Doncellas, el principal del Palacio Mudéjar, se llega al despacho del Rey, que todavía es usado por los monarcas cuando se alojan en el palacio.

Desde el antedespacho se pasa a la Cámara Oficial, con unas espectaculares vistas de la Catedral y la Giralda. Desde ella se puede uno asomar al que fue el antiguo dormitorio de Isabel II en el Palacio. Esta es una parte de la visita ya no incluida en el circuito porque desde estas estancias se accede a la conocida como «la Residencia«, la parte más privada en la que ya en época moderna se habilitó una vivienda en la que el Rey y los trabajadores de Zarzuela se alojan durante sus viajes a Sevilla.

Antes de regresar al vestíbulo donde se ha iniciado la visita, en la antecámara, la reina Isabel II quiso hacer un homenaje a unas mujeres anónimas y que tanto aportaron a la Historia de la Monarquía. La Antecámara está decorada con los retratos de las nodrizas reales, mujeres del pueblo, normalmente de origen cántabro, asturiano y vasco, cuya misión era amamantar a los hijos de la Reina.

La entrada a la visita al Cuarto Real Alto se puede adquirir en la web del Alcázar tiene un coste de 5,50 euros y se compra aparte de la entrada general al Alcázar. Si resides o has nacido en Sevilla la entrada general al Alcázar es gratuita, pero la visita al Cuarto Real Alto no. Los grupos están limitados a 12 personas y durante la visita no se pueden tomar fotografías.

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Publicado por Adrián Yánez

Gestor cultural y periodista. Desarrollo proyectos culturales y de comunicación. Sevilla. Andalucía.

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